El tema de la semana y del mes es el de la corrupción. El principal mal que amenaza la lucha contra la corrupción es el de la politización y con esta se cuelan los prejuicios ideológicos hasta unos niveles que se aproximan a la obsesión y, como sucede casi siempre, las obsesiones suelen ser corto-estúpidas. El artículo que anexo fue publicado en el diario El país. Narra la historia de uno de los principales implicados, Luis García Sáez, conocido como Luigi, en los casos de corrupción investigados en Cataluña. El periodista metido a intérprete de la realidad le permite escribir una perla que se califica por si misma. El artículo finaliza con la siguiente afirmación:
Le llamaban Luigi · ELPAÍS.com
"La historia de Luigi es parecida a la de otros de extracción social humilde que, lanzados a la política, han visto pasar ante sus narices la oportunidad de enriquecerse, de utilizarla como su ascensor social. Al codearse con políticos de la derecha inmersos en el mundo de los negocios, quiso ser como ellos."Toma ya. Menuda broma. El sentido del humor del individuo es increible. No se suele ver con tanta simplicidad bobalicona tanta concentración de ideología-política y prejuicios de clase. La conclusión es obvia: los corruptos son gente humilde que quiere ser como los políticos de la derecha que son, esencialmente, corruptos. Por lo tanto, el retrato robot del corrupto son los políticos humildes y los de derecha. La quintaesencia del corrupto son los humildes de derecha, estos, a la carcel directamente. Para evitarla habrá que aislar a los políticos de la derecha y, además, evitar que los humildes puedan acceder a la política. Debe estar en manos de los pijo-progres, o sea, los intelectuales que sólo pueden ser de izquierdas. Tanta mendacidad causa estupor en el año 2009.
Le llamaban Luigi · ELPAÍS.com
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