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Mostrando entradas de junio, 2019

Entre seguridad y duda

Cuando hablamos de Estado de Derecho nos referimos al Estado gobernado por el Derecho. Por aquél de extracción legislativa que es el Derecho fruto de la voluntad de los representantes del pueblo, elegidos democráticamente. Estado de Derecho y democracia se conectan en una asociación indisociable; sólo el Derecho democrático es el que puede someter al Estado democrático. Sin embargo, falta una pieza institucional que da sentido y eficacia al sometimiento: el control judicial. La pertenencia de España a la Unión Europea ha cambiado estos parámetros institucionales básicos de todo Estado democrático de Derecho. Porque el control judicial de la efectividad del sometimiento del Estado al Derecho es, a su vez, objeto de control por el Tribunal de Justicia de la Unión. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea falló ayer que Polonia había incumplido el Derecho de la Unión al haber aprobado una Ley que adelantaba la edad de jubilación de los magistrados del Tribunal Supremo y que provocaba

Mal menor: o plata o plomo

La elección del mal menor es una regla o un principio que se ofrece como criterio para elegir entre dos males. Es una regla que se presenta arropada por el sentido común. Su existencia es tan antigua como la Humanidad. Platón afirmaba que “Cuando uno se vea obligado a escoger entre dos males, nadie elegirá el mayor, si le es posible elegir el menor”; Aristóteles, “El mal menor es también, en cierto modo, un bien”; Cicerón, “De los males el menor debe ser»; Tomás de Aquino, “Cuando es forzoso escoger entre dos cosas, en cada una de las cuales hay peligro, debe elegirse aquella de la que menos mal se sigue”; Maquiavelo, “Nunca crea un Estado tomar decisiones con total seguridad; piense más bien que siempre se hallará en terrenos movedizos, pues forma parte del orden de las cosas que siempre que se busque evitar un inconveniente acabe cayéndose en otro; mas la prudencia consiste en saber reconocer la índole de los inconvenientes, y adoptar el menos malo como bueno”. Se ha aplicado en los

¿Están justificadas las subvenciones?

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) acaba de publicar un estudio de “Evaluación de estrategia y procedimiento de las subvenciones” . En el marco de la evaluación del gasto público 2018, la ha llevado a cabo sobre subvenciones y ayudas públicas. No es posible determinar el volumen de gasto total en subvenciones públicas en España. Es uno de los datos del Estudio. Ante la falta de certeza se sirve de distintas cifras. Una de ellas es la que resulta del total de ayudas convocadas según la Base de Datos Nacional de Subvenciones. La cifra es de 14.300 millones de euros anuales (en el año 2017). Una cifra equivalente a la que al presidente Sánchez pretende recaudar incrementando la presión fiscal: más de 12.000 millones anuales al final de la legislatura. No sería necesaria incrementar la presión fiscal si, en cambio, se gastase bien o muy bien el dinero público; el punto de partida: conocer en qué y el para qué se destina el dinero. La Airef hace un primer intento:

Rito y democracia

Emile Durkheim (1858 – 1917) fue uno de los primeros que teorizó sobre la función social del rito (“las formas elementales de la vida religiosa”). Hoy día está plenamente admitida su “dimensión colectiva portadora de significado social”. El rito es una conducta gobernada por unas reglas que tienen un carácter simbólico en una comunidad determinada. En la vida política hay muchos ritos asociados al poder. Las ceremonias de entronización de los reyes, las sesiones constitutivas de los parlamentos, las tomas de posesión de legisladores, presidentes de gobierno, ministros y otros. Jorge Bustos, en este periódico, en una brillante columna recordaba, al hilo de la sesión constitutiva del Congreso vivida el pasado día 21, las palabras de Valle Inclán respecto de la política española como un “pestífero lamedal” que conecta con “el sentido trágico de la vida española [que] solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada”. Una estética deformada por una suerte de ateísmo mi

Espionaje político

Del espionaje se dice que es una de las profesiones más antiguas. Es una actividad asociada al poder. La información facilita una ventaja de la que el poder se quiere beneficiar. Cualquier cosa o aspecto de todo aquello que pueda resultar de interés; desde los enemigos a los amigos. Y, sin embargo, en la actualidad, nunca antes el ciudadano ha puesto, a disposición de los demás, tanta información. Lo que antes sólo se podía conseguir bajo tortura, ahora basta con consultar las redes sociales. Es la paradoja del momento presente. El poder nunca lo ha tenido tan fácil. En el plano formal, seguimos en las coordenadas de la protección de la intimidad, la de la libertad ideológica, y de pensamiento. Como si la sociedad, a golpe de cambio tecnológico, no hubiese cambiado; como si no nos hubiésemos convertido en ciudadanos transparentes. Siempre queda dar un paso más. Como en la dictadura China y su Sistema de Crédito Social que en el año 2020 alcanzará a 1.400 millones de personas; una suert