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Mostrando entradas de abril, 2019

Miedo

El libro de Bob Woodward dedicado al Presidente Trump se titula “Miedo” . Comienza con una frase que Woodward pone en boca de Trump: “El verdadero poder es -ni tan siquiera quiero utilizar la palabra- el miedo”. El miedo es poder; el “verdadero poder”. Hasta la jovencísima activista ambiental Greta Thunberg lo sabe cuando, ante la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo , afirmó: “Quiero que entréis en pánico, porque la casa está en llamas.” Así pretende conseguir movilizar las conciencias y las voluntades para reducir las emisiones que causan el cambio climático. Quien controla el miedo, gana. Es el miedo político. El miedo como instrumento del y al servicio del poder. Es una emoción innata; muy útil e, incluso, necesaria. Nos aparta de los peligros; el gran obrador de nuestra supervivencia como especie. Frente al peligro, una reacción pre-progamada, desde la huida, hasta la defensa. Esa reacción es la que resulta importante para el poder. Dirige vol

Amenaza a la democracia

De G ambrus (talk) - Fotografía propia, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=11751031 Del pensamiento ilustrado (siglo XVIII) conservamos la idea del tiempo como progresión, además, lineal. Steven Pinker se ha erigido en los últimos tiempos en el adalid de la defensa de la Ilustración y el progreso frente a los que lo cuestionan, incluso, defienden el retroceso, caso, por ejemplo, del movimiento anti-vacunas. “El mundo se ha vuelto más democrático, aunque no en una oleada incesantemente democrática”. El que la tendencia sea al progreso no puede hacer silenciar que el camino está plagado de luchas. El sentido de la Historia, como afirmara Hegel, no es el del despliegue de un espíritu que somete, incluso, a los hombres, imponiéndose como algo inevitable. No estamos condenados a ser meros actores de una obra escrita por otros. La Ilustración se asentó sobre un principio que se erigió en incuestionable, como afirmara la Declaración de independencia de Estados

Miedo, socialismo, nacionalismo

La crisis del capitalismo es un tema recurrente; incluso, consustancial. Desde la crisis de los tulipanes en el siglo XVII, se ha ido repitiendo y presentada como la amenaza definitiva, la que va a acabar con el mercado. La receta siempre es la misma: reconocimiento de los problemas, admisión de que sus causas son ínsitas, los demonios están dentro, y de que se pueden gestionar para seguir generando riqueza. Los consejeros delegados de las grandes empresas multinacionales están intranquilos. Un artículo publicado en este periódico el pasado sábado ofrece una perspectiva interesante. Bajo el título “el futuro del capitalismo preocupa a los CEO”, desgrana los “miedos” de los altos directivos. Y el temor es la consolidación del enemigo “externo”: el socialismo. Van ganando popularidad en Estados Unidos las propuestas socialdemócratas. Es una amenaza que intentan conjugar atajando las bases del descontento: la desigualdad. La propuesta es incrementar la carga impositiva, para invertir más

Blindaje constitucional

La campaña electoral es el momento de las promesas. Una de las que aparece de manera recurrente es la relativa a las pensiones. Todos los partidos prometen mejoras de todo tipo. Las cifras publicadas por este periódico nos ofrecen una contra-imagen a la generosidad. El sistema de Seguridad Social contaba con 19.455.384 cotizantes y 8.705.707 pensionistas a cierre del año pasado. Y otro dato importante: el equilibrio entre cotizantes y pensionistas ha empeorado ligeramente respecto a 2016, cuando se situaba en 2,27 cotizantes por jubilado, debido a que mientras que el número de pensionistas ha aumentado en más de 96.000, el de cotizantes (trabajadores y desempleados) ha disminuido en 129.271 personas. Frente a esta realidad que transmite la preocupación por la viabilidad del sistema de pensiones, ahora no sólo se ofrece la “mejora”, sino que algunos aluden al “blindaje constitucional”. Es la consecuencia a la reiterada promesa incumplida. Ya no es creíble, pues se incrementa la apuesta