Así está la política en España. Así están los políticos en España. Qué lejos están ya no del sentido común sino del sentido más común entre todos los ciudadanos. Disparates como los dichos por este ciudadano son los que alientan el desapego de la inmensa mayoría a la política. Me imagino que sospechará que diciendo estas barbaridades ganará votos. Quiero creer que actúa racionalmente llevado por el objetivo de ganar votos. Me tranquiliza albergar la certeza de que la inmensa mayoría se lo pensará dos veces antes de votarle. Más que votar habría que botar a estos individuos del sistema político. No nos los merecemos. Hay otra manera de hacer oposición sin acudir a los fantasmas que, además, ya no asustan a nadie. Le faltó acudir a la cita del Che Guevara y demás. En fin, algunos siguen empeñados en revivir el pasado como si el siglo XIX fuese el marco ideal para la lucha. El guerracivilismo sólo beneficia a los guerracivilistas. La mayoría de los ciudadanos por edad y por vocación estamos muy lejos de estas barbaridades.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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