Ir al contenido principal

Universidad española, ¿sólo en crisis?

Los que nos dedicamos a este negocio (universitario, me refiero) solemos coincidir en pocas cosas. En muy pocas cosas. Es el resultado, tal vez, de nuestra propia arrogancia intelectual. Nos consideramos los más listos. Pocos o nadie puede hacer sombra a nuestra superior inteligencia. En lo que coincidimos todos es en la crisis de la Universidad. No sólo la crisis. Estamos entrando en la fase de la liquidación. En la fase que nos conduce derechamente a la intranscendencia. Una de las manifestaciones más sobresaliente es la endogamia a la que ya me he ocupado de la endogamia, con un importante coste personal ("Endogamia universitaria. Mi experiencia, mi visión personal", El Cronista, núm. 32). Lo debía hacer y lo he hecho. Y más cosas que se podrían decir y que me he callado. Que ninguna universidad española esté entre las primeras 200 del mundo según el índice de la Shanghai Jiao Tong University, es sólo un "pequeño" indicio. Esta situación no puede pasar desapercibida allende de nuestras fronteras. Hoy nos hemos enterado del artículo publicado por Thomas Urban en el periódico alemán Sueddeutsche Zeitung, cuya referencia encontramos en El Mundo. Sin embargo, nada se está haciendo para cambiar esta situación. Existe una comodidad política, institucional y académica con la presente situación. El cambio necesario, imprescindible, tiene pocos aliados y muchos enemigos. ¿Para qué cambiar? No hay ningún interés. Estas noticias son como las pequeñas piedras arrojadas al estanque. Habrá que esperar a que las ondas del impacto desaparezcan y volverá la tranquilidad de la mediocridad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Avaricia o codicia?

En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e

Puigdemont, inelegible

El Estado democrático de Derecho se asienta sobre un pilar esencial: el Derecho al que el Estado está sometido es el de los representantes del pueblo, expresado a través, fundamentalmente, de la Ley. ¿Qué requisitos deben reunir tales representantes? La Legislación los enumera como requisitos del sufragio activo y pasivo. La Constitución y, en su desarrollo, la legislación electoral, los especifica. La Ley orgánica de régimen electoral general (LOREG), detalla, en el artículo 3, quién no tiene derecho a votar (sufragio activo). A su vez, en el artículo 6, concreta quiénes no son elegibles (sufragio pasivo). En este artículo se enuncian, por un lado, los que no son elegibles por concurrir la razón de desempañar cargos en el Estado que devienen objetivamente incompatibles con la participación en la contienda electoral. Y, por otro, los que no pueden, por haber sido condenados por sentencia que imponga la pena privativa de libertad. En relación con ciertos delitos, incluso, no es ne

Yo estuve allí

Cientos de miles de personas nos manifestamos por las calles de Barcelona. La primera gran manifestación del constitucionalismo contra el secesionismo. Dimensiones históricas. Y simbolismo, igualmente, histórico. Se han soltado lágrimas de emoción; las de la felicidad. Toma cuerpo la otra Cataluña, la que resiste frente a la secesión, y, sobre todo, frente a su motor principal: el autoritarismo. Cataluña está dividida. El secesionismo la ha partido en dos. La otra mitad ha querido demonstrar su hartazgo; su rechazo. Su determinación a enfrentarse al golpismo. No se quedará cruzada de brazos. Una fiesta cívica. Una celebración de la españolidad y de la catalanidad. Se ha roto el tabú y el silencio. Asistimos a la reivindicación de la españolidad incluyente (“somos catalanes, somos españoles”) y democrática (“somos españoles, no fachas”, se gritaba). Es la que se enfrenta al secesionismo. No es una cuestión de historia, de patria, de ideología, … es una cuestión de libertad. Hay u