Una reflexión que me parece sugerente es la de aquellos que preconizan que la decisión de retirar las tropas españolas de Kósovo es expresión de la independencia y de la soberanía de España. Me parece interesante que sea este el argumento utilizado. Qué duda cabe que es así. Qué duda cabe que España puede decidir retirarse de estas u otras misiones internacionales. Ahora bien, ¿por qué razón hay que contraponer soberanía, o sea, libertad con responsabilidad? ¿por qué razón hay que contraponer independencia, soberanía, con responsabilidad?
Se puede criticar el simplismo de esta reflexión. Incluso se puede alegar, con éxito y pleno sentido, que no son lo mismo las personas que los Estados. Ahora bien, aceptando esta crítica, tampoco se puede negar que la libertad que personas y Estados tienen se ve comprometida con la pertenencia a grupos humanos o estatales. Es indudable que existe una comunidad internacional o, incluso, una sociedad internacional. Estos términos aluden a la pertenencia de los Estados a una comunidad o sociedad de Estados. Qué duda cabe que, además, los Estados forman parte de organizaciones internacionales que, con mayor intensidad, condicionan el ámbito de aquella libertad.
En cualquier caso, la independencia o la soberanía nacional se expresa en el contexto de aquella comunidad y de estas organizaciones. Esto se traduce en unas limitaciones que se consideran expresión de la responsabilidad derivada de tales pertenencias. No cabe el unilateralismo.
Se pueden alegar razones de fuerza mayor para modificar las responsabilidades. Cierto. En un plano de principios, la responsabilidad también tiene límites como cuando se le pide al responsable que haga algo que le daña o perjudica en aspectos que considera esencial: cuando la responsabilidad se vuelve en contra de la libertad.
En el caso de Kósovo, se alega la coherencia por la oposición a la independencia de esta provincia serbia. No me parece argumento suficiente. Entiendo que el cumplimiento de nuestra responsabilidad se hace más extraordinario cuando se trata de cumplir con nuestras obligaciones en el seno de las organizaciones internacional incluso cuando no se comparten.
Se puede criticar el simplismo de esta reflexión. Incluso se puede alegar, con éxito y pleno sentido, que no son lo mismo las personas que los Estados. Ahora bien, aceptando esta crítica, tampoco se puede negar que la libertad que personas y Estados tienen se ve comprometida con la pertenencia a grupos humanos o estatales. Es indudable que existe una comunidad internacional o, incluso, una sociedad internacional. Estos términos aluden a la pertenencia de los Estados a una comunidad o sociedad de Estados. Qué duda cabe que, además, los Estados forman parte de organizaciones internacionales que, con mayor intensidad, condicionan el ámbito de aquella libertad.
En cualquier caso, la independencia o la soberanía nacional se expresa en el contexto de aquella comunidad y de estas organizaciones. Esto se traduce en unas limitaciones que se consideran expresión de la responsabilidad derivada de tales pertenencias. No cabe el unilateralismo.
Se pueden alegar razones de fuerza mayor para modificar las responsabilidades. Cierto. En un plano de principios, la responsabilidad también tiene límites como cuando se le pide al responsable que haga algo que le daña o perjudica en aspectos que considera esencial: cuando la responsabilidad se vuelve en contra de la libertad.
En el caso de Kósovo, se alega la coherencia por la oposición a la independencia de esta provincia serbia. No me parece argumento suficiente. Entiendo que el cumplimiento de nuestra responsabilidad se hace más extraordinario cuando se trata de cumplir con nuestras obligaciones en el seno de las organizaciones internacional incluso cuando no se comparten.
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