Por fin, el Reino Unido tendrá un Tribunal Supremo como el de las otras democracias occidentales y, en especial, la norteamericana: el Tribunal Supremo del Reino Unido. Desde nuestros ojos, nos resulta sorprendente que sea el año 2009 el año en que el sistema constitucional británico se dotó de un Tribunal con el cerrar el sistema judicial. Hasta este año era un comité del parlamento el que ejercía las funciones judiciales. Igualmente nos sorprende que la gran crítica que se le hace al nuevo sistema es la sospecha de que el nuevo Tribunal Supremo suplante las competencias del Parlamento (legislador negativo) o que se incremente los conflictos con el Gobierno. En definitiva, la creación de tan sensible nuevo órgano ha de causar problemas de encaje con los otros poderes. Es inevitable. Estoy seguro que la sensibilidad británica resolverá estos inconvenientes hasta que la tradición actúe como bálsamo que normalizará las relaciones. La creación del nuevo Tribunal es obra de la Constitutional Reform Act de 2005.
A U.K. Court Without the Wigs - WSJ.com
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