La reforma de la Administración es el tema estrella de los últimos días. Veremos cuánto dura. Cuánto durará la expectativa creada y la realidad de sus éxitos. Veremos. En este contexto de dar aliento a la reforma, la vicepresidenta ha realizado unas afirmaciones muy interesantes e importantes (Sáenz de Santamaría: los políticos tendrán que sacrificarse ahora). La reforma de los políticos y de la política es y debería ser la gran reforma. Es la que aún queda pendiente.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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