El pasado día 18 de julio, el BOE publicó el Real Decreto 1083/2009, de 3 de julio, que regula las memorias de análisis de impacto normativo. Un modesto paso en la dirección correcta. Lo interesante es la explicación que se aporta para justificar la importancia de las políticas de mejora de la regulación: ¡¡¡el ordenamiento jurídico como motor del desarrollo sostenible, la competitividad y la creación de empleo!!! Nunca se ha podido decir más claro. Nunca se ha podido reconocer la fe en el dirigismo estatal y su brazo armado del Derecho. Los ciudadanos son los sujetos pasivos de la transformación. ¿En qué queda la libertad?
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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