Tony Hayward, actual consejero delegado de BP, afirmó, en su comparencia ante una Comisión de Energía de la Cámara de los Comunes del Parlamento británico el pasado día 13 de septiembre, según podemos leer en la crónica que publica hoy Expansión, que "el suceso [el vertido de petróleo procedente de una plataforma de BP en el Golfo de México] fue debido a cierta complacencia en la gestión del riesgo que se había instalado en toda la industria petrolera. “Llevábamos veinte años en el sector sin un accidente en aguas profundas, y pensamos que habíamos conseguido mitigar los riesgos de la exploración de hidrocarburos”, indicó Hayward en su despedida pública como máximo ejecutivo de BP."
La complacencia, la arrogancia, la fatuidad de la seguridad total, ... uno de los vicios que acucian al capitalismo que se conjuga con otro que no es el complemente necesario a la complacencia: la codicia. La complacencia alimenta a la codicia, tanto como que esta necesita de la complacencia. Las dos C, las C2, que dan de comer a la crisis presente y futura. Son dos pecados personales que crean un marco de tolerancia generalizado que relaja controles y normas. En este contexto ni los pecados más escandalosos podrán ser apreciados y castigados. Ni la burbuja inmobiliaria, que hoy nos parece un pecado grosero, pudo ser apreciado, cómo se va a reparar en los peligros de la explotación petrolifera en aguas profundas. Demasiado para la complacencia y la codicia.
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