Es interesante comprobar cómo países como Chile han afrontado y siguen afrontando, además, con éxito la lucha contra la corrupción (¿Por qué bate Chile a España en su lucha contra la corrupción?). Es la combinación de una potente cultura ciudadana con otros tantos mecanismos institucionales de control como la Contraloría. Y, en medio, la transparencia. Un elemento que falta en el análisis y que, creo, es la diferencia más importante entre Chile y España es el relativo a los partidos políticos. En el caso español, los partidos son máquinas de poder que tienen una voracidad económica extraordinaria que, además, ha alimentado la voracidad de aquellos que administran a los partidos. En España se "pide" dinero para el partido que, como se ha podido comprobar, acaba total o parcialmente en las cuentas corrientes de los que dirigen y administran los partidos. En Chile no hay partidos que tengan esta estructura y esta filosofía. Los partidos españoles y su voracidad marcan una importante diferencia que podría estar, junto con una debilitada cultura ciudadana, en el reforzamiento de la corrupción en España.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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