Hay informaciones que desconciertan. Tanto lío mareante a cuenta de la independencia para llegar a donde han llegado los sesudos asesores (Los asesores de Mas recomiendan una alianza con España si llega la secesión | Cataluña | EL PAÍS). No creo que se necesiten ni muchas luces ni muchos gastos para llegar a la conclusión de la debilidad del sedicente Estado catalán y su necesidad de aliarse con España. Es más, de manera gratuita muchos podríamos haber asesorado que la independencia abocaría a un Estado que soportaría más perjuicios que beneficios en comparación con la presente situación de Cataluña. Con noticias como la que comento se pone de manifiesto el verdadero rostro del nacionalismo. Las razones de la independencia son exclusivamente ideológicas. No hay razones-razonables que la sostengan. No es razonable que el Estado que se pretende crear tenga unas debilidades tales que condene a los catalanes a soportar unos perjuicios económicos y políticos (libertades, en particular) infinitamente superiores a los "perjuicios" que ya soportan o soportamos como españoles. Otro disparate más. Y no termina la lista.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
Una locura Andrés, no se puede definir de otra manera. Hay miles de cosas por las que merece la pena luchar y gastar tiempo, pero la independencia de Cataluña no debería de ser una de ellas. Ahora bie, el que quiera dedicar su tiempo a ello, adelante.
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