Los organismos internacionales están publicando los primeros documentos que analizan la crisis financiera y proponen las soluciones. Me parecen muy interesantes, por un lado, el Informe publicado por el G20 Working Group 1 titulado "Enhancing Sound Regulation and StrengtheningTransparency " y, por otro, el Informe encargado por el Presidente de la Comisión Europea a J. de Larosière que lleva por título "The High-level Group on Financial Supervision in the EU." El primero está fechado el día 25 de marzo de 2009, mientras que el segundo el día 25 de febrero de 2009. Estos informes tienen un diagnóstico similar de la crisis pero difiere, al menos sutilmente, sobre la medicina a aplicar. Este último es más pro-regulatorio, mientras que el primero lo es pero de manera más matizada. Ya tendremos ocasión de analizar uno y otro.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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