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Competitividad y regulación

En plena y terrible crisis económica se oye con frecuencia hablar que la salida pasa por la re-regulación puesto que aquella fue provocada por la liberalización. Es el discurso simplista que confunde cantidad con calidad. Ya he expuesto estas ideas en mi último libro. La lectura, tardía, de los últimos informes de The Global Competitiveness Report de los años 2008-2009 y 2009-2010 pone de relieve la situación de España en lo relativo al apartado institucional respecto de la media de los 133 países que constituye el ámbito del informe. En el dibujo adjunto se muestra los ámbitos en los que España está por debajo de la media.
Es significativo lo que sucede en el apartado de la onerosidad de las cargas de la regulación. Tenemos una organización territorial del Estado que ha constituido un sistema administrativo oneroso que pesa como una loza inmensa sobre el mercado. Esta onerosidad no ha supuesto una mayor protección de los derechos de los ciudadanos sino, al contrario, la distracción de recurso de actividades y servicios que hoy más que nunca son imprescindibles. La salida de la crisis exige racionalizar el Estado.

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