Los especuladores o, mejor, la sedicente respuesta penal contra los especuladores ha sido el objeto de mi columna de esta semana en Expansión. Las admoniciones contra los especuladores que llegan al cenit de la amenaza penal me produje hilaridad. Parece como amenazar con el coco a los niños. Sin embargo, estos niños son muy mayorcitos y se las conocen todas, incluida la futilidad de la amenaza. En realidad, es una admonición dirigida a los convencidos de que los especuladores son los responsables de todos los males de España. A estos, sólo a estos, este tipo de tonterías les puede resultar de interés. A los demás, ya digo, hilaridad.
¡Especuladores, temblad! - Expansión.com
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