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El criticado consenso de Washington

A fines de los años 80 se formuló por un economista del FMI, J. Williamson, el denominado standard del pensamiento liberal en relación con el papel del Estado. Según podemos leer en la Wikipedia, los diez mandamientos son:1) disciplina fiscal; 2) reorientación del gasto público de los subsidios ("especialmente los subsidios indiscriminados") hacia la amplia provisión de servicios claves para el crecimiento como la educación primaria y la atención primaria de la salud, así como la inversión en infraestructura; 3) reforma fiscal: ampliar la base tributaria y la adopción de moderadas tasas marginales de impuestos; 4) tipos de interés, determinados por el mercado, positivo (aunque moderados) en términos reales; 5) tipos de cambio competitivos; 6) liberalización del comercio: liberalización de las importaciones, con especial énfasis en la eliminaciónde las restricciones cuantitativas (licencias, etc) y cualquier protección comercial ha de ser proporcionada por tarifas bajas y relativamente uniformes; 7) liberalización de la inversión extranjera directa; 8) privatización de empresas estatales; 9) liberalización: supresión de las regulaciones que impiden la entrada al mercado o restrinjan la competencia, a excepción de las que se justifiquen en razón de la seguridad, la protección ambiental y la del consumidor, y la supervisión prudente de las entidades financieras; y 10) seguridad jurídica de los derechos de propiedad.

Este desiderátum ha sido muy cuestionado, en particular, en lo relativo a la liberalización del comercio. Algunos han considerado que el desmantelamiento de las barreras nacionales a la importación ha perjudicado a los países en vía de desarrollo. Estas conclusiones no me parece tan evidentes como algunos pretenden transmitirnos. Tal vez, el problema se ha producido porque la liberalización no ha sido completa. Es significativo el grado de proteccionismo del que disfruta el sector de la agricultura en la Unión Europea. Es posible que la desaparición de estas medidas podría haber ayudado a los países en vías de desarrollo. Es posible que una mala liberalización sea aún peor que el peor proteccionismo pero eso no desacredita a aquella sino que refuerza la conveniencia de hacerse bien. En cambio, hay otros principios del consenso de Washington que sigue hoy disfrutando de su fortaleza inicial. La liberalización sigue siendo una exigencia. En definitiva, aquellos principios han marcado en un determinado momento un punto de consenso respecto de ciertas exigencias para alcanzar unos objetivos de bienestar colectivo. Como suele suceder, estos principios han sido objeto de crítica pero unos habrán de ser reformulados (como así ha sido) pero otros mantienen su fortaleza inicial. Es posible que algunos sean desiderátum políticos que nos acompañarán durante mucho tiempo.

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