He tenido la oportunidad de escribir columnas y post sobre el caso DSK. Creo que el artículo de Vargas Llosa que enlazo es lo mejor que he leído. No puede dejar de compartir lo que escribe. En particular, me parece sobresaliente que la mentira o mentiras de la mujer se pretenda convertir en objeto del proceso en lugar del hecho de haber sido violada. Como escribe Vargas Llosa, "yo no sé por qué las mentiras de la camarera atenuarían la falta de su presunto violador. Lo que se va a juzgar es si fue o no violada, no si es buena, sincera y desprendida". Esta es la clave: la mentira de la mujer es causa de absolución de una violación. Es la asimetría moral correlativa a la asimetría dineraria y de poder que concurren en este caso. Tanta hipocresía me produce repugnancia.
Derecho de pernada · ELPAÍS.com
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