La noticia no puede ser más increíble. Tan increíble que resulta absurda. Radicalmente absurda. Que una Administración compre un bien que ya es suyo pagando, además, una cantidad estratosférica resulta disparatado (Santa Cruz de Tenerife pagó 52 millones por una parcela suya). No se puede creer. ¿Será falsa la noticia? Me temo que no. La impunidad, la sensación de impunidad ha hecho posible estos absurdos. Sólo cabe esperar que funcione el sistema penal y que se castiguen estos hechos tan singularmente graves y tan escandalosamente absurdos. La impunidad produce estos monstruos.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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