Me parece excelente el artículo que publican Lewis & Einhorn. La tesis que se puede extraer en la siguiente: i) la información sobre el fraude Madoff estaba disponible (denuncias, incluidas), además de fácilmente obtenibles sobre la base de la misma deducción del denunciante, pero ii) esta información ni fue considerada, ni analizada, ni provocó ninguna acción de la autoridad reguladora (SEC) por el conflicto de intereses, eventualmente, el denominado revolving door. En el artículo se expone que los tres últimos jefes de supervisión de la SEC han ocupado u ocupan puestos importantes en Wall Street. Si te portas bien, tendrás premio, si te portas mal, no. Este es el mensaje que captan los reguladores. El interés de obtener un buen trabajo una vez finaliza el de la SEC nubla la supervisión. Estos no quieren ver ni considerar aquello que se les pone delante de la nariz porque su interés particular se lo impide. Esta información se complementa con otra aparecida en la prensa económica (Financial Times) sobre la desconfianza que suscitaba Madoff entre los grandes bancos como Merrill Lynch y Goldman que no querían hacer negocios con él. Además, otro periódico, en este caso Wall Street Journal, informa que fue investigado en 8 ocasiones en 16 años. Desde el año 1992 estaba en el punto de mira del regulador pero por cuestiones menores que siempre finalizaban con ningún reparo de importancia.
Op-Ed Contributors - The End of the Financial World as We Know It - NYTimes.com
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