Enlazo una excelente columna de Carlos Rodríguez Braun en la que comenta, al hilo del libro de Santiago González: Lágrimas socialdemócratas, las principales características de la política seguida por el partido y el gobierno saliente. La idea central es la asimetría moral de los contendientes políticos: ellos tienen una superioridad moral que les permite hacer y decir lo que los otros no pueden ni soñar. No es, por tanto, un debate democrático con igualdad de armas y, sobre todo, de igualdad de legitimidades. Esta es la gran amenaza que sufre nuestra democracia. Todavía estamos en el pleistoceno porque el partido saliente no es capaz de reconocer la legitimidad del otro, la legitimidad democrática del otro. Esta falta de reconocimiento es la que condiciona el debate político, la evolución de la democracia y las consiguientes dificultades del consenso en un momento crítico de la historia de España. Creo que se debe dejar al margen de la política los reconocimientos legitimistas que hunde sus raíces en biblias religiosas o políticas. Necesitamos una democracia menos sectaria y más democrática. Necesitamos una democracia realmente democrática y no aparentemente democrática. Unos no tienen ninguna legitimidad al margen de la democracia. Es el pueblo el que quita o pone legitimidades que han de permitir gobernar conforme a ideas que los ciudadanos han considerado las adecuadas para afrontar los problemas que hoy nos acucian.
Lágrimas socialdemócratas,Tribunas - Expansión.com
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