El pasado día 10 Expansión y otros medios publicaban la suspensión del proceso de adjudicación de varios tramos del AVE a Extremadura. El problema había consistido, según parece, en la filtración de los resultados de la valoración técnica. La reacción de toda la prensa y de la opinión pública fue, por un lado, de satisfacción por el funcionamiento de los mecanismos de control y, por otro, de exigencia de que se evite la corrupción. La reacción de un medio de comunicación de Barcelona es significativa. En portada titulaba:
El titular mezclaba corrupción, Extremadura y el frenazo al AVE (que no a la corrupción). Y luego se añadía el importe 100 y la falta de terminación de la estación de la Sagrera. Es muy representativo de muchas cosas. El "yo profundo" que se sigue trabajando para alimentar los procesos que hoy estamos viviendo. Es significativo que sea la noticia más importante, según parece, del día 12 de enero. Y que el AVE no es extremeño. Es de la Administración General del Estado. Va dirigido a Extremadura pero ésta no interviene en el proceso de construcción. Y la relación con la falta de inversión en Cataluña es aún más increíble. Qué tiene que ver la suspensión de la adjudicación de varios tramos de 100 millones con la inversión de más de 600 en la estación de Sagrera. Según parece, los 100 millones de la corrupción deberían haberse destinados a ésta última estación. En fin, los demonios interiores afloran en cualquier momento. Esto es pedagogía, ya sabemos de qué ideología.
El titular mezclaba corrupción, Extremadura y el frenazo al AVE (que no a la corrupción). Y luego se añadía el importe 100 y la falta de terminación de la estación de la Sagrera. Es muy representativo de muchas cosas. El "yo profundo" que se sigue trabajando para alimentar los procesos que hoy estamos viviendo. Es significativo que sea la noticia más importante, según parece, del día 12 de enero. Y que el AVE no es extremeño. Es de la Administración General del Estado. Va dirigido a Extremadura pero ésta no interviene en el proceso de construcción. Y la relación con la falta de inversión en Cataluña es aún más increíble. Qué tiene que ver la suspensión de la adjudicación de varios tramos de 100 millones con la inversión de más de 600 en la estación de Sagrera. Según parece, los 100 millones de la corrupción deberían haberse destinados a ésta última estación. En fin, los demonios interiores afloran en cualquier momento. Esto es pedagogía, ya sabemos de qué ideología.
Comentarios
Publicar un comentario