Según el Tribunal de Cuentas en las Universidades españolas hay demasiados profesores (El Tribunal de Cuentas alerta de que hay demasiados profesores en la Universidad ). No es un resultado extraño. Es perfectamente coherente con lo que vemos a diario en nuestras Universidades. El criterio que ha guiado la ampliación de las plantillas ha sido el del favoritismo del rector correspondiente y éste, a su vez, al servicio de aquellos sectores que le apoyaron en la elección correspondiente. Aquí se cumple la máxima según la cuál el poder y la influencia es directamente proporcional a la organización. Cuanto más organizado esté el sector mayor poder tendrá por su capacidad para conseguir votos "unitarios". Mientras, los demás sectores universitarios no son capaces, por el pluralismo correspondiente, ofrecer tal grado de "unidad", el personal de administración y servicios si la tiene. Su sindicalización hace que sean determinantes de las elecciones. Su peso es considerable. Y esto se traduce en ciertos beneficios que pasan a obtener. Otros sectores no tienen tanto poder, en términos proporcionales, pero igualmente su voto es relevante. Es el caso, lógicamente, del profesorado. Los votos de los amigos tendrán la recompensa correspondiente con la mayor facilidad para la convocatoria de las plazas que les beneficia. Y, por último, el criterio general según el cual todo aquél que se acredite tiene "derecho a su plaza". A medida que se han ido acreditando, se iba produciendo la convocatoria de la plaza que, además, para asegurar que esta "reservada" al candidato "de la casa" se constituía un tribunal de provisión de la plaza integrado por profesores también de la misma Universidad o con mayoría de tales profesores. El resultado ya es conocido. Es público y notorio: la endogamia. Esta tiene dos manifestaciones, la "reserva" de la plaza al candidato local y, además, la expansión de las plantillas sin criterios de racionalidad/necesidad. La consecuencia es la que ahora, con notable tardanza, critica el Tribunal de Cuentas. La autonomía universitaria se ha convertido en el reino de la libertad absoluta para beneficiar a los amigos, sin ninguna responsabilidad. Ninguna, ni las denunciadas por el Tribunal de Cuentas. La "libertad/autonomía" sin responsabilidad es el reino de la arbitrariedad, como así se han convertido las Universidades españolas. No es extraño que ninguna esté entre las 200 primeras del mundo. Imposible.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
Comentarios
Publicar un comentario