Las artimañas de la Generalitat para retrasar, aún más, la Sentencia sobre el Estatut supone, entre otras cosas, el descrédito del Derecho y de las instituciones. El Derecho como arma en una guerra de guerrillas en la que todo vale para evitar que el TC se pronuncie sobre el Estatut. Se han utilizado y utilizan, según parecen, argumentos de lo más estrafalarios sin ninguna base jurídica en la que lo relevante no es la motivación, carente absolutamente, sino el mero hecho de obstruir. El Estado de Derecho se desacredita cuando instituciones públicas como la Generalitat hace uso de los resortes de ese Estado al servicio de unos objetivos ajenos al mismo como son la realización de un objetivo político que está al margen de la Constitución.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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