Hoy en Expansión publico un artículo dirigido a criticar la opinión que se ha ido consolidando en Catalunya sobre el carácter antidemocrático de los Tribunales, en contraposición a la "vía democrática de los Parlamentos". Esta contraposición es insostenible en términos democráticos. No es posible contraponer Tribunales a Parlamentos en términos de legitimidad democrática. En el fondo hay un profundo desprecio al papel de los Tribunales como garantes de los derechos de los ciudadanos y, en particular, de las minorías.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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