Hace unos días se celebró en Washington un encuentro de abogados norteamericanos especializados en el mercado de valores (ver aquí la noticia). La lectura de la noticia depara varios comentarios. (1) Cómo funciona el revolving door: todos estaban hace unos meses o años al otro lado. Todos eran antiguos miembros de alguno de los reguladores del mercado. (2) La crítica que formulan se dirige a denunciar la dureza del regulador que, además, consideran injusta. Según parece, estos parámetros son los actuales, no coinciden con los que ellos practicaban cuando forman parte de los reguladores. (3) Denuncian una estrategia de disciplina que ahora según parece se está aplicando a los mercados: la persecución de las pequeñas infracciones. En materia de seguridad ciudadana, esta estrategia ha tenido mucho éxito. Es conocida como "tolerancia cero". Aplicada a la disciplina de los mercados significa perseguir a los operadores por las pequeñas irregularidades que, por lo demás, son más fáciles de probar y de castigar, máxime cuando las grandes son más complejas y costosas de acreditar. (4) La multiplicidad de los reguladores que, además, emulan entre si para imponer más y mayores castigos. La SEC, el Departamento de Justicia, las Fiscalías de los Estados, los reguladores, también de éstos, ... todos compiten por ser el más castigador. (5) La denuncia de la "politización" de los reguladores, en particular, la SEC. No deja de ser significativo. El regulador que es la expresión, según la communis opinio, de la independencia es criticado por su politización. Este término es confuso, desde nuestra perspectiva. En nuestro caso, sería equivalente a partido, a disciplina de partido, a partitocracia. Es una politización que, desde nuestros ojos, sería más ideológica. E, incluso, estaría relacionada con cierto populismo. El regulador, se critica, ha caído capturado por la presión ciudadana en favor de incrementar los castigos. (6) La crítica a las sanciones administrativas y los tribunales administrativos. Se denuncia que la SEC prefiere utilizar estos mecanismos que acudir a los Tribunales. Y se quejan los abogados de los bancos. No les ofrecen seguridades. Es significativo, visto desde nuestra experiencia, esa inclinación del regulador hacia lo administrativo. Entre nosotros no sólo tiene una historia sino que tiene lógica, como lo ha demostrado la reforma en el Reino Unido para regular con carácter general la potestad sancionadora en manos de las Administraciones. En definitiva, críticas lógicas con el papel de abogados de parte, así como experiencias distintas y otras compartidas con las nuestras.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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