En un reciente post publicado en RegBlog (Is Global Warming the Next Great Threat to US National Security?) de Penn Program on Regulation (University of Pennsylvania Law School) se comenta la creciente preocupación en la denominada comunidad de seguridad o de inteligencia norteamericana los efectos que el cambio climático están teniendo sobre la seguridad nacional. Estos efectos no sólo se observan en Estados Unidos sino en múltiples países del planeta. No deja de ser paradójico que esta sensibilización sea creciente en un país que ha convertido como elemento central de su política la negativa a reconocer el problema. Este ha sido echado a patadas del escenario de la política federal y, ahora, se empeña en volver por la ventana. Si las razones ambientales no han pesado, serán las de seguridad nacional las que empujarán a que el Gobierno federal se tome en serio el cambio climático y, con él, muchos países.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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