Me parecen interesantes, como he expuesto, las palabras de Wescott. Parece confirmarse el sentido común: en épocas de bonanza, de expansión, ... se asumen riesgos y se relajan los controles; se asumen nuevos riesgos porque se relajan los controles. Estas épocas alientan el cáncer que dará lugar a las épocas de restricción y de crisis. La causa de estas épocas es creada en las épocas de expansión. Los riesgos asumidos, más allá de lo razonable, alimenta los fallos que dará lugar a la crisis subsiguiente; o más que alimentar la crisis lo que hace es incrementarla. Se podría considerar que la crisis actual no es el resultado de la subprime sino que estas la ha multiplicado. En fin, son elucubraciones inspiradas por el sentido común.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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