Esta es una de las preguntas que muchos nos preguntamos y nos seguiremos preguntando. Es tal su complejidad que no es fácil de resolver. Me parece que el tráfico nos ofrece una muestra muy gráfica de qué es el mercado como institución social y qué sucedería si el mercado careciese de orden, del orden impuesto por las normas mediante señales de tráfico, semáforos y policías. El siguiente vídeo es un ejemplo excelente de cómo se coordinan los intereses privados sin orden impuesto externamente. Hay un orden interno, implícito, condicionado por el interés de evitar el choque de vehículos que puede suponer daños materiales y personales. Este interés imprime el orden que podemos ver. Igualmente, podemos ver la desigualdad entre los que circulan. Algunos de los que intervienen muestran miedo y, en tal caso, son ninguneados por los más decididos. Así es el mercado. Así es el mercado sin regulación. Un mercado que, sin embargo, produce un resultado socialmente admisible: no hay atascos, pero ¿cuántos muertos? ¿cuál es el coste de esta ausencia de regulación? La regulación produce costes, pero la no regulación, también.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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