Ya tenemos resultado. El pueblo ha hablado. Los ciudadanos con derecho a voto lo han ejercido y ha resultado una distribución de escaños en el Parlament conocidos por todos. Me interesa, como reflexión, el error estratosférico de Mas y CiU. ¿Cómo se pudieron equivocar tanto? Una explicación podría ser el fanatismo. El fanatismo ciega. Cuando se creyeron a pie juntillas que la Diada congregó a 1,5 millones de personas o cuando el CEO, el Centro de Opinión de la Generalitat, vaticinó que CiU obtendría una mayoría absoluta, absolutísima de 69-71 escaños, se creyeron unos hechos que eran falsos sobre los que organizar una estrategia política que resultó desastrosa. Eran mentiras que se creyeron con fruición porque se quería creer; eran unos hechos falsos que se convirtieron en verdaderos porque así se quería creer. El fanatismo tiene estos efectos engañosos en aquellos que están fanatizados. No son capaces de ver ni la realidad más evidente. Al final, CiU ha sido víctima propiciatoria de sus propios engaños. A partir de estas mentiras organizó una estrategia que ha resultado radicalmente equivocada.
En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas. Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas." En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En e...
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