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Salarios, productividad y regulación

El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) acaba de publicar la Encuesta de la Estructura Salarial (Encuesta de estructura salarial. EESEES. Año 2010. El salario bruto medio anual fue de 22.790,20 euros por trabajador en el año 2010.) Sobre la base de datos del año 2010 se pueden extraer algunas conclusiones que suscitan a la reflexión. En primer lugar, salarios por actividad económica
"Hay grandes diferencias salariales por actividad económica. La actividad económica con mayor salario medio anual fue la Sección D de la CNAE-09, Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, que con 48.803,35 euros por trabajador al año en media, obtuvo un salario superior en un 114,1% a la media nacional. Le siguió la Sección K, Actividades financieras y de seguros, con 41.638,70 euros (82,7% más que el salario medio). Por el contrario la Sección I, Hostelería, tuvo el salario medio anual menor con 14.629,55 euros, un 35,8% más bajo que la media nacional."
Es significativo que se tratan de sectores fuertemente regulados e, incluso, con precio fijado administrativamente. Esta regulación da lugar a una captura de rentas que se va distribuyendo en la escala salarial de las empresas que actúan en los sectores regulados. Esta podría ser una hipótesis plausible. La regulación extrae y garantiza una renta que beneficia a las empresas de los sectores regulados que, a su vez, distribuye entre accionistas y empleados. En cambio, cuando hay una fortísima competencia (además de otros factores), el salario tiende a la baja respecto de la media. A mayor competencia, salario más competitivo. Es lógico. Este es un elemento esencial de aquella.

En segundo lugar, en cuanto a los salarios por naturaleza del empleador
"Distinguiendo por la naturaleza del centro de trabajo, si es sector público o privado, se observa que el salario anual en el primero es un 30,8% superior al salario medio mientras que en el sector privado es inferior en un 6,8%"
Los salarios en el sector público son, de media, un 30 por 100 superior al del sector privado. Pero este resultado no es homogéneo dentro del sector público, o sea, no todas las escalas de ocupación. Es significativo que es mayor cuando más bajo el nivel profesional hasta desaparecer en los niveles superiores.



Cuanto menos cualificado sea el empleo, mayor diferencia salarial con el sector privado. En cambio, cuanto mayor sea la cualificación, la diferencia desaparece. Se podría considerar que aquellos niveles profesionales son en los que el nivel de sindicalización es mayor por lo que su influencia política da como resultado unas mayores rentas salariales. En cambio, la menor retribución de los niveles directivos podría explicar, por un lado, la menor productividad general de la Administración y, por otro, el escaso atractivo del sector público para estos niveles de ocupación salvo para obtener el "título" de alto cuerpo del Estado. Una vez obtenido, se produce el trasvase hacia el sector privado buscando mayores rentas. La Administración es una gran máquina de igualación social pero poco o nada preocupada por su productividad. Ahora bien, esta máquina se engrasa sobre la base de la extracción de rentas de otros sectores más productivos.

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